La ambición es el último refugio del fracaso
Oscar Wilde
Parece que el Partido Acción Nacional aprendió muy
bien las lecciones del PRI, al menos algunas, aunque hayan sido las peores, ¿Recuerdan
las disputas iniciales que se suscitaron al interior del PRI cuando este perdió
las elecciones en el año 2000?
Pues bien, parece que el PAN trae el mismo síndrome,
ante la falta de un “jefe máximo” “líder del partido”; empiezan las disputas
por lo que queda después de la vergonzante derrota que sufrieron el año
anterior.
Se puede entender la disputa por el poder cuando este
se tiene, pero es absurdo abrir un flanco de batalla cuando lo que se pelean
son migajas. Pero eso no parece importarle mucho al sobrino nieto de Francisco I. Madero. Pues -el oriundo de
Chihuahua y de 58 años- Gustavo Enrique Madero Muñoz, parece convencido de que
más vale migaja en mano que ciento de panes volando.
Pero ¿Que se puede esperar de un hombre medio como
Madero Muñoz si su historia es de oportunismo y reintegros? Si ha sido un
personaje que echo por delante su apellido en sus primeros intentos del quehacer
político.
Su historia no es muy extensa, en 2001, como candidato
del PAN a la Presidencia Municipal de Chihuahua, perdió ante el PRI; en 2003 se
le hizo ser Diputado Federal para la LIX Legislatura, y ahí presidió la
Comisión de Hacienda y Crédito Público, espacio que no desaprovechó para
manifestar sus simpatías neoliberales. Tres años después, llegó al Senado de la
República, pero al igual que en la Cámara de Diputados, su desarrollo fue de
intrigas, declaraciones atropelladas y lenguaje áspero, propio de los panistas
bárbaros del norte.
Ya la facción de senadores que apoyan a Cordero
acusaron que Madero “quiere un partido satélite del PRI, completamente plegado
a la agenda del gobierno federal, a sus tiempos y a sus contenidos”. Y tal vez
sus afirmaciones no están muy lejos de la realidad, porque en su papel de
hombre de traje gris Madero, después de presentar videos culposos de
funcionarios y exfuncionarios veracruzanos, y demandar la cabeza de Rosario
Robles y Javier Duarte, lo más que obtuvo fue un adendúm al pacto por México.
Y es que como señaló el escritor irlandés Jonathan
Swift: “La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más
viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse”.
Veamos que ocurre hoy, y hasta donde llega Madero y su
disputa por las migajas. Lo cierto es que no veremos una fracción independiente
de 24 senadores, esos señores aún no están a la altura.
Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Doctor:
Un texto contundente y de análisis necesario. La vida política está revuelta y los apostados ahí están atentos a ver que pescan.
Del PAN solo quedan las migajas, dice.
Sigamos poniendo la lupa en este y otros temas, para actuar en consecuencia.
¡Gran columna! Un placer leerle.
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