iusfilosofando

viernes, 27 de septiembre de 2013

MÉXICO “SIEMPRE FIEL”


La soberanía es indivisible por la misma razón que es inalienable; porque la voluntad es general o no lo es; la declaración de esta voluntad constituye un acto de soberanía y es ley (…)

Rousseau es uno de los pensadores del siglo XVIII, que inspiró movimientos revolucionarios, no solo en Europa sino en otras partes del mundo durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Juan Jacobo Rousseau, nació en 1712 en una república protestante, donde se afirmaba que el pueblo era soberano, que tenía Constitución y que existían derechos igualitarios, pero donde se imponía la voluntad de unas pocas familias.
Como se puede apreciar, no hay mucha diferencia entre el escenario que enfrentaba Rousseau y el que tenemos actualmente. Nosotros tenemos Constitución, existen “derechos igualitarios”, hay elecciones periódicas, pero al igual se impone la voluntad de unas pocas familias.
Así, las reformas estructurales que hoy están en discusión y forman parte de la agenda sexenal que se ha dictado desde Los Pinos, claramente representan y siguen protegiendo los intereses de unos a la par que consolidan los privilegios de otros.
Una de las primeras reformas impulsadas ha sido la educativa; puesto que la educación es el pilar fundamental de toda sociedad, se ha concentrado –la reforma- en cambiar las condiciones de lucha laboral entre magisterio y autoridad.
Sobre este tema, se ha divulgado que una condición para que los mexicanos tengamos educación de calidad, es que haya evaluación del personal docente, y eso sería genial, si fuera cierto, pero no lo es.
La mass media, se ha encargado de suministrar a gran parte de la población que los docentes que están en la calle bajo resistencia de las reformas, son revoltosos, flojos e incapaces por no querer ser evaluados.
Lo peor de este escenario, no es que lo crean los mexicanos que día a día alimentan su vida de televisión y sus productos; lo más patético en realidad, son los mexicanos que teniendo acceso a una educación superior y de posgrado, hacen gala de su pereza mental y prefieren replicar lo que a esos comunicadores les han dicho que comuniquen.
Y digo comunicadores porque los estelares de los canales 2 y 13 están muy lejos del ejercicio periodístico, son más bien replicantes de lo que el superior inmediato les dice que hagan. Pero como México es “siempre fiel” cree ciegamente en los guiones que replican los comunicadores de las principales televisoras y de algunas otras cadenas menores.
Así, mientras sigamos educándonos con la televisión, los poderes fácticos y sus operadores seguirán manteniendo el control y dañándonos con sus reformas, al fin México “siempre fiel”.

Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

2 comentarios:

@BarbaraCabrera dijo...

Doctor, suscribo en su totalidad la columna.

Mientras no se genere y provoque un cambio de mentalidad, donde lo dicho por los medios sea solo un elemento para formar una propia opinión, este país seguirá igual.

En efecto, hay quienes estudiando maestría o con un nivel educativo suficiente no quieren pensar y solo piden recetitas para memorizar y aplicar.

Magnífico análisis. Un placer leerle.

Enrique S. dijo...

Lo que Usted dice es que, cualquiera que condene al magisterio disidente es porque ¿o solo ve Televisa, o le da flojera pensar?

Creo que su actitud denota un reduccionismo brutal, una intolerancia a escuchar cualquier argumento (repito, ARGUMENTO, no consigna) que se oponga a lo que usted cree.

Yo no veo Televisa, yo tengo maestría pero no pido "recetitas para memorizar y aplicar", y yo me opongo a la lucha de la CNTE. Y no porque bloquean las calles, sino por su ABSOLUTA FALTA DE ARGUMENTOS. Que privatización de la educación, que cerco mediático. He leído las leyes y no veo dónde está la susodicha privatización; he buscado hasta la náusea en internet (que, déjeme le digo, no lo controla ni Televisa, ni TV Azteca, ni el PRIAN) y sólo encuentro diatribas fanáticas que glorifican al magisterio disidente.

El gobierno es corrupto, Peña es un ignorante, SIN DUDA. Pero no por ello voy a respaldar ciegamente la lucha de otros grupos para proteger sus propios cotos de corrupción.