El poder sin límites, es un frenesí que arruina su propia autoridad.
François Fénelon
La historia del poder y de su ejercicio ha
presentado al hombre como el lobo del hombre. De ahí la existencia de una lucha
entre hombre y diversas fuerzas políticas o sociales que han luchado por el poder,
para desde ahí mantener sus posiciones privilegiadas, acceder a ellas, o
distribuirlas – en el menos de los casos- entre los que menos tienen.
Por ello quizá Duverger Burdeau y Bidart
Campos militen en la idea de que no existe posibilidad de considerar la
existencia de la democracia si no se entiende como una forma de vida y ésta no
se produce sin la efectiva existencia de un gobierno que se apegue a la
realidad social.
En nuestra realidad actual, el concepto de “pueblo”
carece de una voluntad que permita
adoptar directamente las decisiones políticas del Estado, simplemente es
complicado pensarlo. ¿Por qué? Porque no existen instrumentos de democracia
participativa que involucre a los
ciudadanos más allá del voto electivo de sus representantes y gobernantes.
Pero también ante el escenario actual, es
necesario que los gobernantes no sólo sean electos por los ciudadanos, sino que
de forma conjuntamente constituyan una voluntad común sobre la base del
cumplimiento de la constitución, como parte de sus responsabilidades; de ahí la
necesidad de apelar a la esfera ética del representante, para que se comporte
conforme a lo que la ley le mandata.
Desafortunadamente en los tiempos actuales, es frecuente encontrar
gobernantes que justifican sus actos en la ley, comportándose con impunidad y afectando
los principios constitucionales. Los casos más recientes son los del gobernador
con licencia de Coahuila y actual dirigente del PRI Humberto Moreira, quien es
acusado de falsificar documentos oficiales para contratar deuda pública. Otro
más es el de Javier Duarte, -exsecretario de finanzas de Fidel Herrara y
contratador de deuda pública- venido
ahora a gobernador veracruzano, a este cómico personaje se le ocurrió instruir a
sus diputados locales, la inclusión del delito de perturbación del orden público
y castigarlo con 1 a 4 años de prisión.
Por ello es necesario limitar al poder desde
el poder mismo, utilizando a la ley como instrumento social de los ciudadanos
para limitar a sus gobernantes de sus ansías desbordadas de poder y
eventualmente dictatorial respaldadas en la ley.
Es así que vale la pena recuperar la opinión
de Bernard Schwartz quien sostiene que:
“El régimen de derecho
requiere mucho más que el hecho de que la autoridad o poder se ejerza de
acuerdo con leyes regularmente promulgadas. Múltiples son los crímenes que se
cometen en nombre de la ley positiva… El derecho y el poder arbitrario están en
pugna irreductible...” (Los poderes del gobierno, México, UNAM, 1966, p. 33.)
Como se observa, la opinión de Schwartz
describe lo que necesariamente debe de pasar en un régimen democrático, es
decir, que los ciudadanos puedan limitar al poder con el poder mismo. ¿De qué
forma? Construyendo instrumentos constitucionales de participación ciudadana,
agrupados en lo que se ha denominado democracia participativa.
Actualmente podemos considerar como mito, el que
los representantes políticos sean representantes populares cuyas decisiones se
encuentren vinculadas a la voluntad de sus electores. Las razones son
sencillas, no existen instrumentos que obliguen a estos representantes a
consultar a sus electores, pues no hay castigo-recompensa, es decir,
reelección-revocación de mandato.
De ahí la necesidad de que estas dos figuras
sean incluidas dentro en el próximo debate que sobre la reforma política dará
hoy la Cámara de Diputados. Se discutió la reelección y no paso; se discutió la
revocación de mandato y opero una aplanadora que impidió se incluyera esta
figura en la minuta a discusión.
¿Por qué ayer los mexicanos contemplamos un
debate de casi 5 horas entre el PRI y la oposición, en la cual el primero
mantuvo su negativa a incluir la revocación del mandato en la agenda de la
reforma política?
La respuesta pareciera ser muy obvia, los
legisladores del PRI, o su comandante – dicen algunos- Enrique Peña, van contra
el principio de “legislar como diputado, lo que afectara como ciudadano”; sabiéndose
triunfadores de una elección que aún no se da, han tratado por todas la vías, de
impedir que los ciudadanos tengan la posibilidad de cuestionar su “futura presidencia”.
De ahí que el señor exgobernador mexiquense,
se haya manifestado contra la reelección legislativa, contra la revocación de
mandato y a favor de desaparecer diputados de representación proporcional.
En actitud de pitonisa, al ver en Peña un presidente
que no lo es, la fracción parlamentaria del PRI, manifestó su miedo al cuestionamiento
contra “el futuro presidente”; por ello ayer, aceito su maquinaria, mando a sus
mejores oradores, opero el legalismo absurdo para matar el debate y plancho
excluir el debate sobre algo a lo que temen: la revocación de mandato.
El bloque del PRI, PVEM y Panal en la Cámara
de Diputados desechó la propuesta de incluir la revocación de mandato como un
derecho de los ciudadanos, a destituir a sus representantes. La discusión terminó
al ser rechazada la propuesta por 220 votos en contra, 196 a favor y 2
abstenciones.
Dar el poder a los ciudadanos, parece ser
un tema que no está en la agenda
legislativa de los señores del PRI, no de tod@s debo aclarar, pero al menos sí
de uno, el de quien sintiéndose presidente sin serlo, legisla para detener algo
de lo que no se tiene certeza.
Así el debate de los señores legisladores que
como en los mejores tiempos de la hegemonía política, usaron la aplanadora para
matar las razones. Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
9 comentarios:
Maestro,
Extraordinario análisis nos presenta en su Iusfilosofando de este día.
Definitivamente los temas del poder son sumamente apasionantes y pocos analistas le entran al ello; por ello aplaudo su Columna, donde además llama a los corruptos por su nombre.
Reelección-Revocación del mandato dará mucho de que hablar todavía.
Un abrazo.
Maestro:
Magistral aportación la que nos entrega el día de hoy, buen ejercicio el de referirse al poder, y me sumo a su postura, porque temen incluir una figura, se sienten ganadores y la carrera aun no empieza, ese es el nuevo PRI, que fiasco.
Lo felicito por su aportación maestro, saludos.
excelente análisis, que nefasto que el pueblo necesite la "autorizacion" de los legisladores para ser escuchados... y la democracia apa?
R.estrada
Excelente columna de @iusfilosofo sobre la #revocacióndemandato. ¿A qué le teme el PRI?
Jorge Gutiérrez
Es cierto, no les interesa que "acoten sus poderes", que debería ser lo más sano. Si no tienen algo que los contenga, abusan.
rafael ortiz
Hoy si no comparto tu opinión, basta de q todo mundo califique al #PRI y los demás son idiotas o que, bueno creo que así es!!
ALBERTO ESTRADA
Bien argumentado
Vladimir Galeana
Excelente texto Maestro, muy bien estructurado y envolvente, con las ideas hiladas de gran manera.
Revocación del mandato, ¡Qué horror gritó el copetón!, ¡Poder para el pueblo y a nos otros qué! -dijo seguido.
Me gusto mucho la publicación de hoy, ahora solo nos resta esperar pues aun va para rato con los legisladores y sus shows.
Que pase buena tarde, un abrazo y hasta la próxima!!
Maestro,
Agradezco su aportación y la valoro.
En los debates en los que me he visto involucrada, el argumento en contra de la reelección legislativa es el de la perpetuación en el poder de una minoría partidista (la rotación es importante para la militancia activa). También he discutido con quienes temen que la reelección/revocación sea un mecanismo más de simulación democrática y no garantice la representatividad aún anhelada. Y es que ambos argumentos tienen como supuesto a priori -mismo que desgraciadamente comparto- que lo que vivimos en México es una partidocracia más que una democracia y que esta nueva figura de reelección/revocación logrará a lo mucho complicar la vida intrapartidista más que garantizar la representatividad democrática plena y soberana. Porque dicha figura depende de una ciudadanía autónoma a la vez que se puede convertir en un poderoso instrumento de clientelas políticas.
Dígame Maestro, ¿cuál es su opinión al respecto? confío en su punto de vista.
Gracias!
Alejandra Isibasi.
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