iusfilosofando

miércoles, 26 de octubre de 2011

REVOCACIÓN DE MANDATO




El poder sin límites, es un frenesí que arruina su propia autoridad.
François Fénelon

La historia del poder y de su ejercicio ha presentado al hombre como el lobo del hombre. De ahí la existencia de una lucha entre hombre y diversas fuerzas políticas o sociales que han luchado por el poder, para desde ahí mantener sus posiciones privilegiadas, acceder a ellas, o distribuirlas – en el menos de los casos- entre los que menos tienen.
Por ello quizá Duverger Burdeau y Bidart Campos militen en la idea de que no existe posibilidad de considerar la existencia de la democracia si no se entiende como una forma de vida y ésta no se produce sin la efectiva existencia de un gobierno que se apegue a la realidad social.
En nuestra realidad actual, el concepto de “pueblo”  carece de una voluntad que permita adoptar directamente las decisiones políticas del Estado, simplemente es complicado pensarlo. ¿Por qué? Porque no existen instrumentos de democracia participativa que  involucre a los ciudadanos más allá del voto electivo de sus representantes y gobernantes.
Pero también ante el escenario actual, es necesario que los gobernantes no sólo sean electos por los ciudadanos, sino que de forma conjuntamente constituyan una voluntad común sobre la base del cumplimiento de la constitución, como parte de sus responsabilidades; de ahí la necesidad de apelar a la esfera ética del representante, para que se comporte conforme a lo que la ley le mandata.
Desafortunadamente  en los tiempos actuales, es frecuente encontrar gobernantes que justifican sus actos en la ley, comportándose con impunidad y afectando los principios constitucionales. Los casos más recientes son los del gobernador con licencia de Coahuila y actual dirigente del PRI Humberto Moreira, quien es acusado de falsificar documentos oficiales para contratar deuda pública. Otro más es el de Javier Duarte, -exsecretario de finanzas de Fidel Herrara y contratador de deuda pública-  venido ahora a gobernador veracruzano, a este cómico personaje se le ocurrió instruir a sus diputados locales, la inclusión del delito de perturbación del orden público y castigarlo con 1 a 4 años de prisión.
Por ello es necesario limitar al poder desde el poder mismo, utilizando a la ley como instrumento social de los ciudadanos para limitar a sus gobernantes de sus ansías desbordadas de poder y eventualmente dictatorial respaldadas en la ley.
Es así que vale la pena recuperar la opinión de Bernard Schwartz quien sostiene que:
“El régimen de derecho requiere mucho más que el hecho de que la autoridad o poder se ejerza de acuerdo con leyes regularmente promulgadas. Múltiples son los crímenes que se cometen en nombre de la ley positiva… El derecho y el poder arbitrario están en pugna irreductible...” (Los poderes del gobierno, México, UNAM, 1966,  p. 33.)
Como se observa, la opinión de Schwartz describe lo que necesariamente debe de pasar en un régimen democrático, es decir, que los ciudadanos puedan limitar al poder con el poder mismo. ¿De qué forma? Construyendo instrumentos constitucionales de participación ciudadana, agrupados en lo que se ha denominado democracia participativa.
Actualmente podemos considerar como mito, el que los representantes políticos sean representantes populares cuyas decisiones se encuentren vinculadas a la voluntad de sus electores. Las razones son sencillas, no existen instrumentos que obliguen a estos representantes a consultar a sus electores, pues no hay castigo-recompensa, es decir, reelección-revocación de mandato.
De ahí la necesidad de que estas dos figuras sean incluidas dentro en el próximo debate que sobre la reforma política dará hoy la Cámara de Diputados. Se discutió la reelección y no paso; se discutió la revocación de mandato y opero una aplanadora que impidió se incluyera esta figura en la minuta a discusión.
¿Por qué ayer los mexicanos contemplamos un debate de casi 5 horas entre el PRI y la oposición, en la cual el primero mantuvo su negativa a incluir la revocación del mandato en la agenda de la reforma política?
La respuesta pareciera ser muy obvia, los legisladores del PRI, o su comandante – dicen algunos- Enrique Peña, van contra el principio de “legislar como diputado, lo que afectara como ciudadano”; sabiéndose triunfadores de una elección que aún no se da, han tratado por todas la vías, de impedir que los ciudadanos tengan la posibilidad de cuestionar su “futura presidencia”.
De ahí que el señor exgobernador mexiquense, se haya manifestado contra la reelección legislativa, contra la revocación de mandato y a favor de desaparecer diputados de representación proporcional.
En actitud de pitonisa, al ver en Peña un presidente que no lo es, la fracción parlamentaria del PRI, manifestó su miedo al cuestionamiento contra “el futuro presidente”; por ello ayer, aceito su maquinaria, mando a sus mejores oradores, opero el legalismo absurdo para matar el debate y plancho excluir el debate sobre algo a lo que temen: la revocación de mandato.
El bloque del PRI, PVEM y Panal en la Cámara de Diputados desechó la propuesta de incluir la revocación de mandato como un derecho de los ciudadanos, a destituir a sus representantes. La discusión terminó al ser rechazada la propuesta por 220 votos en contra, 196 a favor y 2 abstenciones.
Dar el poder a los ciudadanos, parece ser un  tema que no está en la agenda legislativa de los señores del PRI, no de tod@s debo aclarar, pero al menos sí de uno, el de quien sintiéndose presidente sin serlo, legisla para detener algo de lo que no se tiene certeza.
Así el debate de los señores legisladores que como en los mejores tiempos de la hegemonía política, usaron la aplanadora para matar las razones. Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

9 comentarios:

@BarbaraCabrera dijo...

Maestro,

Extraordinario análisis nos presenta en su Iusfilosofando de este día.
Definitivamente los temas del poder son sumamente apasionantes y pocos analistas le entran al ello; por ello aplaudo su Columna, donde además llama a los corruptos por su nombre.
Reelección-Revocación del mandato dará mucho de que hablar todavía.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Maestro:

Magistral aportación la que nos entrega el día de hoy, buen ejercicio el de referirse al poder, y me sumo a su postura, porque temen incluir una figura, se sienten ganadores y la carrera aun no empieza, ese es el nuevo PRI, que fiasco.
Lo felicito por su aportación maestro, saludos.

Anónimo dijo...

excelente análisis, que nefasto que el pueblo necesite la "autorizacion" de los legisladores para ser escuchados... y la democracia apa?

R.estrada

Anónimo dijo...

Excelente columna de @iusfilosofo sobre la #revocacióndemandato. ¿A qué le teme el PRI?


Jorge Gutiérrez

Anónimo dijo...

Es cierto, no les interesa que "acoten sus poderes", que debería ser lo más sano. Si no tienen algo que los contenga, abusan.

rafael ortiz

Anónimo dijo...

Hoy si no comparto tu opinión, basta de q todo mundo califique al #PRI y los demás son idiotas o que, bueno creo que así es!!

ALBERTO ESTRADA

Anónimo dijo...

Bien argumentado

Vladimir Galeana

David dijo...

Excelente texto Maestro, muy bien estructurado y envolvente, con las ideas hiladas de gran manera.

Revocación del mandato, ¡Qué horror gritó el copetón!, ¡Poder para el pueblo y a nos otros qué! -dijo seguido.

Me gusto mucho la publicación de hoy, ahora solo nos resta esperar pues aun va para rato con los legisladores y sus shows.

Que pase buena tarde, un abrazo y hasta la próxima!!

Alex dijo...

Maestro,
Agradezco su aportación y la valoro.
En los debates en los que me he visto involucrada, el argumento en contra de la reelección legislativa es el de la perpetuación en el poder de una minoría partidista (la rotación es importante para la militancia activa). También he discutido con quienes temen que la reelección/revocación sea un mecanismo más de simulación democrática y no garantice la representatividad aún anhelada. Y es que ambos argumentos tienen como supuesto a priori -mismo que desgraciadamente comparto- que lo que vivimos en México es una partidocracia más que una democracia y que esta nueva figura de reelección/revocación logrará a lo mucho complicar la vida intrapartidista más que garantizar la representatividad democrática plena y soberana. Porque dicha figura depende de una ciudadanía autónoma a la vez que se puede convertir en un poderoso instrumento de clientelas políticas.
Dígame Maestro, ¿cuál es su opinión al respecto? confío en su punto de vista.
Gracias!
Alejandra Isibasi.