El poder muestra al hombre
Warren Bennis
El término poder proviene del latín possum – potes – potuī - posse, que de
manera general significa ser capaz, tener fuerza para algo, o lo que es lo
mismo, ser potente para lograr el dominio o posesión de un objeto físico o
concreto, o para el desarrollo de tipo moral, político o científico. El verbo se identifica con el vocablo potestas que se traduce en potestad,
potencia, poderío, el cual se utiliza como homólogo de facultas que significa
posibilidad, capacidad, virtud, talento.
El término possum recoge la idea de ser potente o capaz pero también alude a
tener influencia, imponerse, ser eficaz entre otras interpretaciones.
Los acontecimientos de la semana pasada sobre
poder y religión, nos llevan a la necesidad de retomar la discusión sobre el Estado
de derecho. La doctrina exige que el principio que inspire toda acción estatal
consista en la subordinación de todo poder al derecho. Pero esta subordinación
sólo es posible gracias a un proceso histórico de constitucionalización de las
normas que limitan al poder político. Por ello, el llamado constitucionalismo
moderno, es inseparable de los fundamentos ético-políticos del Estado de
derecho.
El ejemplo más claro de la vulneración al
Estado de derecho lo representa el ingeniero mecánico venido a súper secretario
de Estado -me refiero a García Luna- y el caso es como este secretario ha
metido en problemas a su jefe -el titular de poder ejecutivo- y ha ejercido
presión sobre la Suprema Corte.
Es cierto, como dice la teoría, que la
soberanía no agota de manera alguna el terreno del poder, pero si concentra
nuestra atención la forma peligrosa que el poder puede adquirir cuando se
concentra en manos de alguien a quien no se puede supervisar. Al respecto viene
bien referir a Walzer cuando afirma:
El poder del Estado se ve colonizado
por la riqueza material, el talento, la sangre o el sexo; y una vez colonizado,
rara vez tiene límite. De modo alternativo el poder del Estado es en sí mismo
imperialista, sus agentes son tiranos con plenos derechos: no velan por las
esferas de la distribución sino que irrumpen en ellas; no defienden los
significados sociales sino que los pisotean.
(WALZER, Michael: Las esferas de
la justicia)
Tomar en sentido estricto la afirmación
anterior puede parecer catastrófico, pero tal afirmación pervive a través de
los siglos y parece no cambiar, los factores reales de poder o poderes facticos
se hacen presentes en nuestra vida diaria.
Para muestras de ello hay dos casos: 1) la
forma en como los medios televisivos –televisa y tv azteca- dieron forma al
supuesto rescate donde Florence Cassez; y 2) La omisión que esos y otros medios
hicieron de la no reunión entre Benedicto XVI y las victimas de pederastia de
Marcial Maciel.
México ha sido el único país que ha visitado el
representante del Vaticano sin reunirse con los dolientes, y en ellos esos
medios que referí no tuvieron comentario.
No pretendo aquí, centrarme en el análisis
que sobre el poder realiza Michael Foucault, no obstante su visión sea
diferente a las concepciones que conocemos, sirva la referencia que de manera
acertada presenta Ávila-Fuenmayor quien sostiene al respecto:
Para Foucault, el poder no
es algo que posee la clase dominante; postula que no es una propiedad sino que
es una estrategia. Es decir, el poder no se posee, se ejerce. En tal sentido,
sus efectos no son atribuibles a una apropiación sino a ciertos dispositivos
que le permiten funcionar plenamente. Pero además, postula que el Estado no es
de ninguna manera, el lugar privilegiado del poder sino que es un efecto de
conjunto, por lo que hay que estudiar lo que él llama sus hogares
moleculares. (ÁVILA Fuenmayor,
Francisco: “El concepto de poder en Michel Foucault” en A Parte Rei)
Indudablemente esta referencia sigue siendo
aplicable, no solo hasta nuestros días no que en nuestro país; así mientras se reúne
un numeroso grupo de mexicanos a recibir al representante de otro Estado; nadie
exige el cumplimiento del estado de derecho, estatus en el cual el derecho es
el único que puede detener al poder desbordado. ¿Ustedes que creen?
Por hoy es todo nos leemos la próxima. Carpe diem.
1 comentario:
Maestro:
Un gran texto el que hoy nos presenta en su Columna Iusfilosofando.
Necesitamos definitivamente generar y provocar mayor conciencia en los asuntos estatales y dejar en otro terreno lo que tiene que ver con la religión.
Urge resolver problemas que ahora aquejan a este México lindo aún herido. Aunque algunos los dejan en el cajón para rendir pleitesía determinados personajes.
Un placer leer y comentar sus columnas.
Un abrazo.
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