iusfilosofando

viernes, 2 de marzo de 2012

OSCURANTISMO




La Iglesia ha sido la enemiga del progreso por el motivo de que se ha esforzado por impedir que los seres humanos piensen por sí mismos. Impedir el pensamiento es impedir todo progreso excepto en la dirección de la fe.

Robert Ingersoll

En las culturas griega y romana, la respuesta a la cuestión de la fuente del poder siempre osciló entre la afirmación de un origen divino de las leyes y la del acuerdo entre los hombres.
Platón, en Las leyes, y Aristóteles en La política, hablaron de las leyes como principios provenientes del raciocinio humano; pero mientras en el primero este raciocinio descubre y postula formas eternas y perfectas que pueblan un mundo inaccesible a los sentidos y la experiencia cotidiana de los hombres; el segundo lo relaciona con las distintas formas de gobierno definidas según los distintos tipos de Constitución posibles. (Platón: Las leyes)
Los estoicos- filosofía que tuvo una notable influencia muchos siglos después de su desarrollo. En los siglos XVI y XVII hay en Europa un vigoroso renacimiento de doctrinas estoicas que influirán en Descartes, Kant y Hegel.- propusieron explícitamente que las leyes no tenían otro antecedente que un acuerdo contractual entre los hombres que luego las obedecerían; mientras, los sofistas habían propuesto en su momento que toda verdad política - incluidas, por supuesto, las leyes - surgía de una retórica cuyo objetivo último era conseguir el consentimiento de los ciudadanos.
Pese a sus diferencias, todos ellos coincidieron en sostener “el dominio de la ley frente al ideal despótico”, es decir, la supremacía del “gobierno de las leyes” sobre el “gobierno de los hombres”. Ésta es una larga discusión que ha marcado toda la historia del derecho y la política. Enunciada con claridad por Aristóteles, fue mantenida durante la Edad Media y fuertemente defendida por Kant en el siglo XVIII. En nuestra época, ha sido muy bien planteada por el filósofo italiano Norberto Bobbio.  
Según el pensamiento escolástico  que predominó durante la Edad Media, toda ley, natural o humana, era una expresión de la voluntad de Dios y, de existir en el mundo algún tipo de orden, habría de provenir de Dios y no de los hombres.
La idea de un derecho divino para gobernar suponía la existencia de una sociedad claramente estratificada y jerarquizada, con un pensamiento religioso común guiado por la Iglesia. Las leyes, eran racionales y universales, en el sentido de que eran expresión de una voluntad divina.
La crisis de esta concepción de la ley, como la de muchas otras ideas medievales, habría de venir con el Renacimiento (siglo XVI). Es importante recordar que fue Maquiavelo, con su obra El príncipe, quien hizo una severa crítica a la idea de que el soberano último en cuestiones políticas es Dios.
Por eso, el que la iglesia católica haya difundido el pasado 14 de febrero, la guía para votar, es un regreso al oscurantismo y es “creer” que los mexicanos no tienen capacidad para decidir quien debe dirigir los destinos de este país. Acuerpados por la futura presencia del señor de las sonrisas: Benedicto XVI. La élite católica de México, en su papel histórico de vasallaje, pretender no perder el espacio que los católicos de Brasil le disputan.
Esta intromisión es una clara vulneración a la ley, con su texto -que bien puede caer en la categoría de libelo- la iglesia católica no contribuye al llamamiento a votar, sino que pretende segregar al país en dos facciones, los que están con ella y los que no están con ella.
Iglesia católica se vuelve a equivocar –igual que en el pasado- cuando manipula si discurso y pretende engañar a la gente cuando le comunique que se trata de exigir libertad religiosa afirmando, que “no es una libertad para los ministros de culto, sino que es un derecho humano fundamental que beneficia, en primer término, a la pluralidad de los creyentes para expresar libremente su fe (…)”.
Hipócritas soberbios y manipuladores, los jerarcas católicos saben bien que el tema de la libertad religiosa no esta a discusión, que este es un tema del siglo antepasado. Porque en realidad, lo que pretenden es abonar con su discurso dogmático- basado en la ignorancia- al fortalecimiento del retroceso sí, de libertades civiles. Por eso, comprar el discurso de la Iglesia católica en estos días, es querer vivir en el oscurantismo permanentemente. Al menos yo no pretende hacerlo.
Por lo mientras hoy es viernes, los invito a disfrutar un buen corte de carne, acompañada con la bebida que ustedes apetezcan. Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.

2 comentarios:

@BarbaraCabrera dijo...

Maestro:
La de hoy una Iusfilosofando exquisita e incitante a romper paradigmas. En lo particular, me parece que el clero es una representación nefasta de un poder mal entendido.
Me uno a su llamado de este día.
Sobre la religión la cientificidad. Yo no creo en nada a ciegas.

Un abrazo.

MaR dijo...

Saludos Maestro:
El clero siempre ha querido sacar raja de donde sea y donde quiera, está en nosotros no seguir su discurso dogmático. Afortunadamente muchos mexicanos están saliendo del letargo y ya no creen a ciegas en ellos.