La Iglesia ha sido la enemiga del progreso
por el motivo de que se ha esforzado por impedir que los seres humanos piensen
por sí mismos. Impedir el pensamiento es impedir todo progreso excepto en la
dirección de la fe.
Robert Ingersoll
En las culturas griega y romana, la respuesta
a la cuestión de la fuente del poder siempre osciló entre la afirmación de un
origen divino de las leyes y la del acuerdo entre los hombres.
Platón, en Las leyes, y Aristóteles en La
política, hablaron de las leyes como principios provenientes del raciocinio
humano; pero mientras en el primero este raciocinio descubre y postula formas
eternas y perfectas que pueblan un mundo inaccesible a los sentidos y la
experiencia cotidiana de los hombres; el segundo lo relaciona con las distintas
formas de gobierno definidas según los distintos tipos de Constitución posibles.
(Platón: Las leyes)
Los estoicos- filosofía que tuvo una notable influencia
muchos siglos después de su desarrollo. En los siglos XVI y XVII hay en Europa
un vigoroso renacimiento de doctrinas estoicas que influirán en Descartes, Kant
y Hegel.- propusieron explícitamente que las leyes no tenían otro antecedente
que un acuerdo contractual entre los hombres que luego las obedecerían;
mientras, los sofistas habían propuesto en su momento que toda verdad política
- incluidas, por supuesto, las leyes - surgía de una retórica cuyo objetivo
último era conseguir el consentimiento de los ciudadanos.
Pese a sus diferencias, todos ellos
coincidieron en sostener “el dominio de la ley frente al ideal despótico”, es
decir, la supremacía del “gobierno de las leyes” sobre el “gobierno de los hombres”.
Ésta es una larga discusión que ha marcado toda la historia del derecho y la
política. Enunciada con claridad por Aristóteles, fue mantenida durante la Edad
Media y fuertemente defendida por Kant en el siglo XVIII. En nuestra época, ha
sido muy bien planteada por el filósofo italiano Norberto Bobbio.
Según el pensamiento escolástico que predominó durante la Edad Media, toda
ley, natural o humana, era una expresión de la voluntad de Dios y, de existir
en el mundo algún tipo de orden, habría de provenir de Dios y no de los
hombres.
La idea de un derecho divino para gobernar
suponía la existencia de una sociedad claramente estratificada y jerarquizada,
con un pensamiento religioso común guiado por la Iglesia. Las leyes, eran
racionales y universales, en el sentido de que eran expresión de una voluntad divina.
La crisis de esta concepción de la ley, como
la de muchas otras ideas medievales, habría de venir con el Renacimiento (siglo
XVI). Es importante recordar que fue Maquiavelo, con su obra El príncipe, quien hizo una severa
crítica a la idea de que el soberano último en cuestiones políticas es Dios.
Por eso, el que la iglesia católica haya
difundido el pasado 14 de febrero, la guía para votar, es un regreso al oscurantismo
y es “creer” que los mexicanos no tienen capacidad para decidir quien debe
dirigir los destinos de este país. Acuerpados por la futura presencia del señor
de las sonrisas: Benedicto XVI. La élite
católica de México, en su papel histórico de vasallaje, pretender no perder el
espacio que los católicos de Brasil le disputan.
Esta intromisión es una clara vulneración a
la ley, con su texto -que bien puede caer en la categoría de libelo- la iglesia
católica no contribuye al llamamiento a votar, sino que pretende segregar al
país en dos facciones, los que están con ella y los que no están con ella.
Iglesia católica se vuelve a equivocar –igual
que en el pasado- cuando manipula si discurso y pretende engañar a la gente
cuando le comunique que se trata de exigir libertad religiosa afirmando, que “no
es una libertad para los ministros de culto, sino que es un derecho humano
fundamental que beneficia, en primer término, a la pluralidad de los creyentes
para expresar libremente su fe (…)”.
Hipócritas soberbios y manipuladores, los jerarcas
católicos saben bien que el tema de la libertad religiosa no esta a discusión, que
este es un tema del siglo antepasado. Porque en realidad, lo que pretenden es
abonar con su discurso dogmático- basado en la ignorancia- al fortalecimiento
del retroceso sí, de libertades civiles. Por eso, comprar el discurso de la
Iglesia católica en estos días, es querer vivir en el oscurantismo
permanentemente. Al menos yo no pretende hacerlo.
Por lo mientras hoy es viernes, los invito a
disfrutar un buen corte de carne, acompañada con la bebida que ustedes
apetezcan. Por hoy es todo, nos leemos la próxima. Carpe diem.
2 comentarios:
Maestro:
La de hoy una Iusfilosofando exquisita e incitante a romper paradigmas. En lo particular, me parece que el clero es una representación nefasta de un poder mal entendido.
Me uno a su llamado de este día.
Sobre la religión la cientificidad. Yo no creo en nada a ciegas.
Un abrazo.
Saludos Maestro:
El clero siempre ha querido sacar raja de donde sea y donde quiera, está en nosotros no seguir su discurso dogmático. Afortunadamente muchos mexicanos están saliendo del letargo y ya no creen a ciegas en ellos.
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